¡Luz para esos herejes camino de la ermita!
Cada abrazo mengua cuando crece el otro
Propósito insondable de la despedida duda
Mi hermano me contó el sueño que tenía
Pensé en seguida en un helado apoteósico
Bajo los párpados de la gravitación pura
Las campanas de Carmona no tienen tan
Buen sonío como las de tu persona oscura
Saber que conmigo ha de andar siempre
La libertad desenfadada sin que la ahogue
Ni turbe la pesadumbre de celos cárcamos
Ombligo de la luna o indiferencia secreta
En la catedral de San Salvador de Oviedo
Jarra donde Cristo cambió el agua en vino
Mi hermano tiene razón mas la que tiene
No es mucha y poco aplicable en tal caso
La promesa de abundancia no consiste
En un flujo interminable de dulces bienes
Sino en la cantidad suficiente de algunos
Hechos con menos esfuerzo desagradable
El tiempo no medita ni sonríe ni ondula
Vuela en el segundero de arena apócrifa
Invierte la enemistad de los pescadores
En cínicas soledades de lengua amarga
La luz de la ballena proporcionada altos
Romances a la veleta ecuestre de La Guía
Adioses sobre la intensa piedra lamida
Tres cañones por encima de la retórica
O viento de una catástrofe invertebrada
Mi hermano ya farmacéutico y doliente
No se atreve a contarme lo que soñara
Tampoco mi cobardía para entenderlo
A la Pinta y la Niña las requisaron de día
Confidentes de una guerra obligatoria
El horizonte de todo vacuno es marino
Y su leche papel de la mamada escrita
¿Fracasamos en el intento de traerlas
A los labios de la economía doméstica?
No hay poema redondo en el poemario
Aunque afiles el pedregal de Einstein
Extenuadas de tanta microcefalia sola
De codicia de las olas y pértigas airadas
Improbable el sintagma mercantilista
De quien compra y vende y luego llora
Enmascaradas en nombres apropiados
Que obedecimos cuando nos llamaban
Aquellos ruiseñores de voz equivocada
Ángeles que nos ponían en la boca sal
¿Verdad hermana que nos regocijamos?
¿Recuerdas la luna de nuestros dientes?
Huimos sin huir a cuatro patas cansinas
Porque el pasto del mar era verdísimo
Descubrimos ¿qué te voy a decir a ti?
¿Una palmera? ¿Un nido de alemanes?
Pero mientras rumiamos pescado frío
Intuimos que no nos iban a sacrificar
Tuvimos esa suerte dilatada del ego te
Absolvo antes que te mastique un loco
Como la memoria es pérdida de luces
Y ganancia de imaginaciones cigarras
Retumba entre muros soleados eneros
El lenguaje amarillo de los muchachos

